lunes, 28 de mayo de 2007
Ya tengo calcetines!!!!
jueves, 24 de mayo de 2007
Sitio
Que se consuelen l@s que han tenido mal tiempo, que aquí llegó antesdeayer. Y esta madrugada ha caído la del pulpo, además on the rocks, con rayos y centellas, y toda esa parafernalia que se gastan los del Olimpo.
Por aquí anda todo el mundo entre que no ha dormido –por los truenos-, y que necesita vitaminas con urgencia. Realmente necesitan vacaciones, así que las vitaminas son un consuelo que no se hasta cuando durará, je, je.
Mi casa sigue invadida de ropa, porque no he estado mucho por allí, y aunque ya no cabe literalmente ni un alfiler -sitio, necesito sitio-, me he comprado unas cajitas de colorines.
lunes, 21 de mayo de 2007
Cambio de armario
Este finde lo he pasado guardando la ropa de invierno y sacando la de verano, lo que quiere decir que estoy baldada, y que aún me espera una montaña gigante de ropa para planchar - que con este fresquito no es la mejor actividad-, y que tengo toda la casa cual mercadillo, y que estará así hasta que cada prenda encuentre su ubicación, o no. Este es un bordado de una camisa que me gustaba pero que ahora ya no se si.
Este proceso se junta con que el perro también renueva su vestuario, pero el lo va dejando por los suelos, todos cubiertos de fina angora del más puro blanco.
Así que dentro de un rato me voy al campito a comer y a pasar la tarde, donde se que me voy a encontrar estampas como esta:
miércoles, 9 de mayo de 2007
Aireándonos
Ahora que estamos otra vez en la ciudad no hacemos más que renegar de nuestra vida de urbanita. Y es que eso de despertarse con los pajaritos, estar todo el día rascándose la barriga hasta el aburrimiento, y ocuparse solo de las necesidades básicas, engancha a cualquiera.
El campo está tan bonito ahora.
Y hay un montón de flores y plantitas, que hacen honor al sitio donde están.
Uno de los días fuimos a ver unas buitreras.
A Blanco no le hacía ni pizca de gracia ver los buitres volando sobre su cabeza, y menos ver como sus amitos los miraban con tanta emoción. Hasta intentaba olerlos a distancia –la verdad es que deben echar buen tufo los animalicos.
Tanta desconfianza le inspiraban – je, je - que acabó echándose la siesta a cubierto, y de paso emulando un poco a Romeo.