miércoles, 27 de junio de 2007

La huida

Huyendo de las playas atiborradas de gente, copas de vela y altas temperaturas, nos adentramos en Aragón, y luego en Guadalajara, rumbo a nuestro destino vacacional de siempre. Somos un poco cansinos, lo se; ya hemos ido cinco veces, también lo se, pero es que 105.000 Hectáreas dan mucho de si.

Íbamos un poco preocupados por esta noticia que apareció el viernes en El País, y luego apareció esta carta al director de la edición del domingo. Os confirmo que sigue habiendo buitres en el Alto Tajo, aunque como no pasamos lista, igual alguno está en Alemania, en plan Alfredo Landa, emulando a nuestros emigrantes de antaño. Espero que vuelvan, y se traigan los ahorrillos y algún buitre/a cañón. Aparte de estas bromas, la noticia es triste y preocupante, y parece que si no nos cargamos todo lo que tocamos perdemos la condición “humana”.

Siguiendo con la crónica de las mini-vacaciones, si en primavera estaba bonito, ahora se supera en plan bucólico; florecitas, campos de trigo, vacas…con la ventaja de poder ir con la ropa mínima, y no como las señoritas Ingalls, y chapotear en mogollón de pozas, de rica agua helada y cristalina.

Esta es una jara de Guadalajara.

Y unas margaritas.

Y un escaramujo.

Y una libélula azul.


Y el paisaje de campos de trigo y sabinas.

Y el río Tajo con su agua tan transparente.

Y las veredas.

Y las áreas recreativas con sus banquitos de troglodita.

Y el martín pescador de la panda, haciéndose unos largos. Es curioso ver como nada, utilizando la cola de timón, y como no le da miedo ni la corriente ni la profundidad, a veces hasta bucea y saca piedras. Y siempre nos miramos pensando si abrirá los ojos debajo del agua…

Y la laguna de Taravilla con y sin perro.


Y los caminos para perderse.

Espero perderme pronto otra vez por allí, por sexta vez, y que tod@s los que leéis esto también os podáis perder algún día.

viernes, 22 de junio de 2007

Nos vamos... pero volveremos

Blanco os agradece los piropos y las felicitaciones. Para acabar de celebrarlo nos vamos unos días al campo. Así que ciervos y ciervas, corzos y corzas, buitres, aguilas, ardillas, truchas, arañas y demás, poneos guapos que vamos a veros.

A los mosquitos, sintiéndolo mucho, no los queremos ni ver.

Buen finde a tod@s, y a disfrutar del veranito.

martes, 19 de junio de 2007

16 de junio

El sábado celebramos el cumple de Blanco. No sabemos cuando nació, sólo cuando apareció, y de eso hace ya seis años.

Fue el sábado 16 de junio de 2001, cuando entró un perro en el local donde trabaja maridito. Al principio pensamos que era de algún cliente, pero nadie respondió por él. No sabíamos que hacer, así que nos fuimos a comer y lo dejamos en la planta baja.

A la vuelta le llevamos paella –el plato universal de todos los perros, según un amigo nuestro-, y lo llevamos a un veterinario de urgencia para que le leyera el chip y poder avisar a sus dueños. Pero el perro no tenía chip y llevaba una herida en un costado, que curó sin querernos cobrar nada, además nos dio un collar y una correa de algún perro difunto para que funcionáramos de momento.

Así que el perro acabo en casa. Yo estuve varios días poniendo carteles, y colgando mensajes en varios foros, sin respuesta; mientras empezaba mi andadura como enfermera perruna, y iba ya sabiendo lo que era aplicar betadine sobre un ente en movimiento, y como camuflar los antihelmínticos y el augmentine. A los cuatro o cinco días aquel perro que vino de la nada ya se podría decir que era nuestro.

Nuestro actual veterinario nos dijo que tendría entre cuatro y seis años –je, je, y nosotros que pensábamos que no tendría más de dos años-.

Durante el primer año tuvimos nuestros más y nuestros menos, porque es un perro muy dominantón y especialmente cabezota. Sin embargo en seis años nunca ha destrozado nada de la casa, no ha cogido comida que no le hayamos dado, y ni siquiera acepta comida de extraños.

Es un perro muy peculiar, que adora el queso azul, el paté y el pollo, el agua (charco/a, río, fuente…), el campo, “su coche”, y viajar. Con la gente establece las relaciones que el quiere; si le inspiras buen rollo te adora, y sino te ignora, pero es un perro muy sociable que le encanta estar entre la gente. No le gusta nada que lo peinen, y darle la espalda a sus enemigos –todo macho igual o mayor que el que viva en la contornada, especialmente si es de color negro-. Además solo muerde cuando come.

A veces especulamos sobre los orígenes de Blanco; la versión más aceptada es que llegó surcando los cielos en un platillo volante, y que aunque lo veamos blanco realmente es verde, porque a veces es tan raro como un perro verde, sobretodo con la comida, pero nos adoramos mutuamente.

Las fotos de este post son de entonces, cuando estaba hecho todo un chorbo. La verdad es que nunca hemos entendido cómo alguien pudo abandonar un perro así, tan educado y tan bueno, pero en el tema del abandono perruno hay de todo y variado. El caso es que el nos encontró a nosotros, y que hemos tenido mucha suerte los tres; no hay más que ver lo bien que estamos juntos, y sus "sonrisas".

miércoles, 13 de junio de 2007

Cosas que pasan

Blanco ha estado malito este finde, y lo tuvimos que llevar el domingo a urgencias perrunas. Tiene artrosis, y alrededor de 12 años -que en edad perruna son muchos, sobretodo para un perro tirando a grandote-, el domingo amaneció que no se podía mover, y tenía mucho dolor. Ahora ya está medicado, y aunque a mi no me hace gracia darles potingues a los perros para él es calidad de vida básica.

La parte buena para él, y no tanto para mi, es que como le tenemos que dar un tratamiento de 4 enormes pastillas diarias al menos durante dos meses, y no se come una pastilla ni pa’tras, hay que condimentárselas, preferiblemente con una lata de paté por dosis, con lo cual se zampa dos latas de paté diarias por el morro. Y ojito con que se agoten las provisiones que entonces no se come una pastilla ni por despiste –esa es mi parte mala, siempre pendiente de que haya provisión, y de que siga el tratamiento.

La otra parte es que no se qué tiene este tratamiento que pasa de tener la pata de palo a dar unos saltos y unas carreras de olimpiadas. Tan bien le va que estamos pensando nosotros en cambiar el médico por el veterinario.

Aquí lo tenéis emulando a Romeo, y de paso guarreándome la cortina.

También prometí fotos de mi superhamaca, que es esta.

Los exámenes como siempre – de mal-, volveré a intentarlo en la próxima convocatoria, y en la otra, y en la otra… por mi que no quede.

Y mi zanahoria va a ser que el perro se ponga bien, y esté con nosotros muchos años.

miércoles, 6 de junio de 2007

Estudio y zanahoria

Tengo un examen el viernes y el sábado otro. Los dos son de lo mismo, un título oficial que me tendría que sacar un día de estos.

Para compensar estoy maquinando que me voy a regalar a cambio de tanto estudio, ósea que me he impuesto una zanahoria para motivarme. Al principio la condición era “si apruebo…”, pero la he rebajado a “si me presento…” que me hace más feliz. Al fin y al cabo las condiciones las pongo yo, no?

Aún con zanahoria a la vista, me resulta muy pesado estudiar, y echo de menos mi rinconcito con los hilos y demás.

Continuamente tengo que reconcentrarme en la zanahoria, como los burros, para no desviarme del camino y perderme.

Acabo de recibir buenas noticias de mi ordenador. Vive ♥.

viernes, 1 de junio de 2007

Ordenatas y otros demonios

Ordenador muerto + reunión de comunidad de vecinos hasta las 23'30 h + madrugón del lunes + madrugón del martés + madrugón del miércoles + supermadrugón del jueves, el peor de la semana + madrugón del viernes + dieta del astronauta* = Teresa, grave muy grave

Aún así, estoy investigando algunas cosas.

Y me he comprado una superhamaca para después de la dieta del astronauta. Próximamente fotos, o eso espero.

* Dieta del astronauta = dícese de la dieta que siguen los que no llevan una alimentación terrestre, basada en la pirámide alimenticia, sino que intentan engañar a su estómago con una galletita, un mendrugo de pan, o similar, para pasar directamente a la fase de siesta.